5/4/2016
A petición vecinal, en el marco del Plan Integral de la Zona Rural, el Ayuntamiento de Carreño a la colocación de 600 metros de barrera lateral de seguridad semirrígida que proteja frente a las salidas de vía local que sube al Alto de la Iglesia.
“Esta barrera metálica de seguridad, llamada también quitamiedos, es un dispositivo de guía que tienen por finalidad indicar el borde de la calzada, la presencia de una curva, el sentido de circulación y los límites de obras de fábrica u otros obstáculos” – señaló Manuel Noceda, concejal de Medio Rural.
“Tras la tala de un monte quedó al descubierto un desnivel que preocupaba al vecindario de la zona por el peligro de salirse de la calzada. Tras estudiar con Policía Local las medidas de seguridad más acordes para este tramo de carretera local se procedió a la instalación de una barrera semirrígida. Un dispositivo metálico de seguridad fabricado íntegramente a partir de chapa de acero galvanizada. Está compuesta por paños o travesaños (bionda) y postes metálicos (IPN), concebida específicamente para garantizar un alto nivel de contención en el margen lateral” prosiguió el concejal.
“Se instaló una bionda simple apta sólo para el choque por uno de sus lados. Para reducir la severidad de los siniestros por salida de calzada en caso de que se produzcan se recomienda, según la Orden Circular 321/95, que la distancia entre la barrera de seguridad y el inicio de la zona peligrosa deberá ser igual o superior a la anchura de trabajo de la barrera, siendo su valor mínimo de 0,6 metros. Además, los criterios sobre la correcta disposición de las barreras de seguridad en las carreteras deben cumplir una serie de requisitos como, por ejemplo, la distancia de la barrera al borde de la calzada, la anticipación y prolongación de la barrera, la disposición en altura, etcétera” – añadió el edil.
“No hay que olvidar que con esta actuación el Ayuntamiento de Carreño pretende evitar un mal mayor ante un posible desplazamiento hacia el exterior de la carretera pero nada pueden hacer ante una velocidad inadecuada o peligrosa porque, entre otras cuestiones, no circulamos por un circuito de velocidad, sino más bien por un espacio compartido con vecinos de Piedeloro, transporte público, y vehículos agrícolas. Por ello, hay que circular con precaución y no ignorar la señalización que nos advierte e informa sobre los peligros inherentes a la carretera” – concluyó Noceda.

Albandi