En su casa de Perlora, cuando dormía este seis de
enero, Alberto García, el de la Xixona, sobrino del escultor
candasín Antón, se fue a la ancha plaza del más allá
dejando a Berta, su querida esposa, a sus hijos, nieta y
amistades llenos de una súbita tristeza y de un
profundo dolor.
Muchas personas recuerdan aquel Alberto joven, entusiasta y
emprendedor trabajando, codo a codo, con Cipriano Aramendi por
la promoción cultural y festiva de nuestra villa marinera.
Cofundador de la desaparecida Sociedad de Festejos de Candás
(SOFECA), a la que él, como Secretario de la misma, le entregó los
mejores años de su madurez, fue junto con Panin alma y
corazón de aquella comisión de fiestas llena de una entusiasta
juventud de socios y socias, que renovó por aquel entonces,
con imaginación, acierto y generosidad los programas de las
principales festividades del pueblo de Candás. A menudo
evocaba aquellas verbenas de Santarúa y los concursos de tonada que
tanto le gustaban. En los últimos años, siguió con interés la
programación haciendo aportaciones al programa festivo y colaborando
con artículos en el Portfolio de fiestas. Siempre se mostró
dispuesto a colaborar en todo aquello que redundará en beneficio y
promoción de Candás y de Carreño.
Alberto, como representante de la familia de Antón en el
Patronato del Museo Antón, mantuvo hasta su muerte viva la llama de
la memoria de su malogrado tío - abuelo al que, de
continuo, ponía de actualidad en las numerosas
visitas guiadas que él, con tanto entusiasmo, organizaba
al Museo que guarda y conserva la obra de nuestro gran
escultor. Altruista e incansable fue su labor de promoción de la
obra de Antón. Compartiendo sesiones intensas y trabajo, codo a
codo, en la Junta Rectora y en el Consejo de Gerencia.
Colaboró también en los eventos y aniversarios principales del
club Los Gorilas, destacando en ellos sus dotes como
organizador, siendo eficaz y riguroso coordinando las
distintas comisiones de trabajo que para tales fines se formaron.
En la fábrica de cementos de Aboño desempeñó buena parte de su
etapa profesional. Allí ejerció su labor actuando a la vez de
maestro diligente, que acogía y abría puertas a la experiencia
laboral a muchas personas de Carreño.
Con Alberto
desaparece definitivamente el candasín de una época. El amigo de
hacer favores, hombre bueno, que no quiso dejar de remar por su
pueblo hasta el fin.
Un responso se celebrará en el Cementerio de Perlora este Domingo
7 de enero a las 13,30 horas previo a su sepultura, para finalmente
celebrar su funeral el lunes 8 de enero a las 17 horas en la Iglesia
Parroquial San Félix de Candás.
Descanse en paz.

Albandi