Carreño en Mauthausen

Cuatro carreñenses, entre los miles de españoles asesinados en los campos de exterminio nazis. Varios carreñenses formaron parte de ese contingente de 7.000 españoles aniquilados en Mauthausen y campos anexos.

Un libro revela la identidad de los 166 asturianos que fueron internados en los campos de concentración del III Reich alemán, de los que sólo logró escapar uno.

Es la lista del horror, la de los 166 asturianos que sufrieron cautiverio en los campos de concentración de la Alemania nazi durante los años de la Segunda Guerra Mundial. “Libro memorial” es el título de una reciente publicación del Ministerio de Cultura que ahonda en el drama y la penuria que sufrieron los prisioneros españoles en los campos de exterminio del III Reich. El libro publica la relación de todos ellos, su origen y cuál fue su suerte final.


Los campos de concentración de Mauthausen, Dachau, Buchen-wald, Trier, Freigurg-im B o Aurigni se convirtieron en infiernos para los 8.700 españoles que fueron internados en ellos durante la II Guerra Mundial. Declarados por los nazis “apátridas” y despojados por el general Franco de la nacionalidad española.

De los 166 asturianos deportados a campos de concentración nazis entre 1940 y 1945 un centenar murieron, se desconoce el destino de otros veinte y sólo uno logró escapar. Se trata de José Soutura de Leiva, natural de La Felguera, que consiguió nada menos que evadirse de uno de los campos de exterminio más terroríficos y mejor vigilados, Mauthausen, donde medio millar de españoles murieron en las cámaras de gas.

Entre los prisioneros asturianos del III REich había tres mujeres: Leonor Rubianes Fernández, de Mieres; Margarita Álvarez, de Oviedo, y Rita Pérez, de Ribadesella. Las tres fueron liberadas al finalizar la contienda.

Muy cerca del Danubio, en la actual Austria, se levantó el campo de Mauthausen, donde fueron internados, entre otros, más de siete mil españoles: Republicanos que huyeron tras la guerra civil a Francia y que fueron entregados o capturados por  la Gestapo –la Policía secreta del III Reich- por el gobierno colaboracionista francés de Vichy.

Junto a los adultos que habían luchado contra la sublevación de Franco también había muchos niños, entre ellos los asturianos José Manuel García Peruyera, actual presidente internacional de las Víctimas del Holocausto, David Moyano y Galo Ramos. Otro asturiano, José Ramón Artime Fernández sobrevivió a Dachau, a 16 kilómetros de Munich (Baviera), liberado el mismo día en que Hitler se suicidaba en su búnker de Berlín.

Todos ellos son la cara más desconocida del holocausto.

Algunos han estado desaparecidos para sus familiares durante 60 años, como Robustiano Fernández Rodríguez cuyo final se logra saber por un superviviente. Galo Ramos, avilesino de origen candasín que afirmaba que algún familiar suyo le había visto allí. La viuda e hijos de “Tano” sólo pudieron suponer que había muerto como tantos otros en una cámara de gas o en un crematorio “vivo o muerto, porque igual les daba”. Nunca tuvieron noticias oficiales. Su bisnieta, Ana María Artime, también fallecida, pudo conocer que “Tano” aparecía en un listado de fallecidos en Gusen facilitado por la Asociación Amical Mauthausen de Barcelona. Su número en el campo era el 1.416.

Robustiano Fernández Rodríguez ( Candás).  Se estuvo más de 60 años sin conocer su paradero. Nació en la calle Rúa de Candás el 16 de abril de 1877, era el séptimo de ocho hermanos. Su padre era tonelero y él se quedó huérfano al mes de vida, como descendiente de uno de los náufragos de la tragedia del 24 de enero de 1840 en la que desaparecieron unos 90 pescadores de Candás. “Tano”, al igual que casi todos sus hermanos no pudo sustraerse a su destino en la mar y fue botero. Se casó a los 23 años con Ramona García, de la Atalaya, de Cardo, tuvieron diez hijos. En otoño de 1937 embarca rumbo a Francia, no se sabe si en Candás o Gijón con su familia. Expiró en el campo de exterminio de Gusen II el 27 de septiembre de 1941. Tenía, por aquel entonces, 64 años.
Descendientes de Tano, en la actualidad, viven sus nietas Lucinda y Pilar, la primera en Avilés y la segunda reside en Gijón.

Servando Suárez García ( Tamón, 15 de Abril de 1910). Falleció en Gusen el 10 de diciembre de 1941, tenía 31 años. Su familia no dispone de una información detallada sobre los hechos que realmente acontecieron en la Guerra Civil. En la familia de Servando Suárez García, a día de hoy, no se encuentra respuesta a las razones por las que, especialmente,  todos los hermanos varones, sufrieron persecución por parte del Régimen Franquista. Los 3 mayores fallecieron en la contienda y al menos 2 sufrieron cárcel con secuelas.  Finalizada la guerra, los hermanos supervivientes, incluso las hermanas, nunca fueron expresivos/as para dar a conocer información por todo lo que habían pasado y siempre intentaron olvidar lo sucedido, como si les diera miedo y dolor recordar el sufrimiento por el que llegaron a pasar. Su padre murió joven sobre 1942/43 y su madre en 1960, muy afectada por la desaparición y muerte de sus hijos. Sirva resaltar que los 3 hermanos y 5 hermanas de Servando, que llegaron a edades adultas, tuvieron/tienen problemas psicológicos y mentales. No se comprende como una familia tan discreta, que pasaba desapercibida, llegó a ser una de las más represaliadas en su entorno.  Queremos pensar que una de las razones principales fue debida a que uno de los hermanos mayores, Manuel, formó parte del ejército Republicano, y ésta circunstancia pudo repercutir en el resto de la familia.

Servando era hijo de Hilario Suárez “El lechero” y de Adela García, naturales de Tamón y Llorgozana respectivamente, nacidos en el entorno de 1890. De familia humilde, residieron en una vivienda colindante con la antigua tienda del “Chamico”, arrendatarios de una propiedad del tratante y carnicero Manolo “Tabaza”. El medio de subsistencia familiar fue el trabajo de lecheros, recogían la leche del vecindario del entorno para llevarlo en “xarré” a Gijón y Avilés. Aprovechando también el terreno que tenían en casa para plantar patatas, hortalizas, etc. Servando fue el mayor de 13 hermanos/as (8 hombres y 5 mujeres (Parece que hubo un 14º hermano, fallecido posiblemente al nacer).

En la actualidad sólo vive una de sus hermanas, Luisa con 88 años y tiene sobrinos en Carreño en LLorgozana y Perlora. Un sobrino de Servando es trabajador municipal de este Ayuntamiento.

Manuel, hermano de Servando formó parte del ejército Republicano con rango, y fue fusilado en el Coto en 1938. Sobre su otro hermano Emilio, existen diversas versiones. Para su hermana que aún vive, tanto Servando como Emilio, un buen día se marcharon de casa y ya nunca volvieron. Sin embargo, para una de las sobrinas mayores, Emilio estuvo en la cárcel varios años, saliendo en libertad muy enfermo, para morir.  Otro hermano, Marino, estuvo en la cárcel unos 3 años, con heridas de guerra. Otro hermano, José,  también participó en la guerra y vivió también con secuelas. De los varones, sólo el último de la familia, Virgilio, nacido en 1932, se libró de la contienda al ser más pequeño, falleciendo de niño por otras causas.

La delegada de esta institución en Asturias, Angelita Andrade, confirmó en su día, que en la relación del campo austriaco figuraba otro candasín, José García Cuervo ( Candás) fecha de su muerte, 30 de diciembre de 1941, tenía 19 años. Su hermana Inés García Cuervo, “ La nena” reside actualmente en Candás.

No fueron los únicos, ya que al menos habría que unir la de su tío, José Cuervo Álvarez que corrió igual suerte, pues en los años sesenta el Gobierno alemán se dirigió a sus parientes, obligado a indemnizar con una pequeña paga a los familiares de las víctimas esclavizadas y martirizadas, lo que tampoco fue posible porque para entonces, las madres de ambos ya habían muerto.  A través del periódico Solidaridad Obrera de la AIT, órgano del movimiento libertario español en Francia publicado en París en 1945, encontramos otras 2 referencias, una la del propio José García en el ejemplar número 43 y otra, la de Servando Suárez García “de Carreño”, en el número 49.

José Cuervo Álvarez, murió en Gusen II al igual que su sobrino. Junto a su hermano Luis Cuervo Álvarez, quien fuera alcalde de Carreño hasta la entrada de los nacionales, huyó a Francia desde Candás. Es probable que en los vapores “San Telmo” o “Carreño”. Su sobrino, José García Cuervo, nacido el 30 de abril de 1922, por entonces un adolescente de 15 años ayudó a sus tíos a llevar las maletas. Con las prisas, el barco partió con los tres. Luis falleció poco después en Barcelona. Los alemanes comienzan a apresar a los exiliados españoles y José Cuervo Álvarez es conducido a Mauthausen. Su sobrino marcha en su búsqueda desde París y ambos son asesinados en Gusen II como otros 100 asturianos.

La lista que hoy conocemos pudo ser publicada debido a que “los verdugos nazis, en cuanto notaron la proximidad de las fuerzas americanas, se dieron a la fuga cobardemente, circunstancia que aprovecharon los nuestros para apoderarse de todo documento que pudiera arrojar luz sobre tan tremendo crimen”.

Había hasta 35 formas diferentes de morir en el campo: Agotamiento, asesinato por inyección, duchas de invierno, disparos en la nuca, ahorcamiento, cámara de gas… El 6 de agosto de 1940 llegaron a Mauthausen los primeros republicanos españoles, otros muchos convoyes los seguirían; el grueso de este colectivo ingresa entre agosto de 1940 y el verano de 1941. A finales de este año, se alcanza la cifra de 7.000 presos con el triángulo azul y la S de su condición de españoles.

La mayor parte fueron eliminados en el campo anexo de Gusen entre la segunda mitad de 1941 y la primera de 1942. Cuando en agosto de 1940 fallece el primer español y sus compañeros deciden dedicarle un minuto de silencio, están lejos de sospechar que pronto serían demasiados como para honrarlos con ningún ritual.

Su único delito, haber soñado con un mundo mejor para la humanidad y otros por la simple sospecha de ello.

El 24 de febrero de 2001 se erigió en Gijón un monumento en homenaje a los cientos de asturianos, muchos de ellos anónimos, víctimas de los campos de concentración nazis. El monolito con la leyenda “Nunca más”, ubicado en la senda del Cervigón, perpetúa su memoria y denuncia el holocausto.

Por todo lo anteriormente expuesto, desde el Grupo municipal Socialista apoyamos firmemente la moción presentada hoy por SOMOS Carreño en el Pleno expresando nuestro reconocimiento y homenaje a las familias de las víctimas carreñenses. Tributo extensivo a todas las víctimas de ese campo de diferentes nacionalidades. Es nuestro deseo acordar con ellas cómo proceder en lo sucesivo, fijando aquellas acciones y actividades que ellas también deseen emprender.

Los puntos que propone la moción 2.1 y 2.2 relativos a impulsar un monolito o escultura, por razones de premura y presupuesto, entendemos que no serán abordables en estos momentos avanzada ya legislatura y con un doble proceso electoral por el medio. Si bien el PSOE de Carreño está abierto a trabajar con las familias, asociaciones de recuperación de la Memoria Histórica y grupos políticos en su concreción para el desarrollo en el transcurso de próxima legislatura.