El Ayuntamiento de Carreño continúa
ampliando su producto turístico clariniano con la señalización de
la Ruta Clariniana “Snob”, basada en el cuento satírico del
insigne escritor español Leopoldo Enrique García-Alas Ureña
“Clarín” recogido en su libro “Cuentos morales” (1896).
El cuento versa sobre el personaje de
Rosario Alzueta, una veraneante de finales del siglo XIX de la
localidad marinera de “Palmera” (trasunto literario de Candás),
cuya falta de cultura, vanidad y pretensiones de grandeza satiriza el
escritor, como ejemplo de las nuevas clases enriquecidas.
La Ruta Clariniana “Snob” recorre
los lugares de Candás que pudieron servir de inspiración a “Clarín”
para escribir su relato, y permite ilustrar cómo era aquel Candás
de finales del siglo XIX, en rápida transformación, en el que los
pescadores empiezan a convivir con los obreros de las fábricas de
conservas, y con los primeros turistas y veraneantes.
La ubicación de los ocho paneles en el
recorrido de 850 metros y unos 25 minutos aproximados de duración
es:
1)
Playa de Palmera
2)
Puerto de Candás
3)
Antígua Fábrica de Conservas “Ortiz”
4)
Casa de la Farmacia
5)
Plaza de La Baragaña
6)
Casa de Agapito del Busto
7)
Teatro Santarúa
8)
Parque Santarúa
El viaje al pasado comienza en la Playa
de Palmera de Candás. Según J.M. González y L. Arias, en una época
tan temprana como 1897 el Ayuntamiento de Carreño ya encarga la
reparación del pavimento de las casetas para los baños de mar en
esta playa. Y es que Candás estaba de moda entre las clases altas y
los círculos intelectuales de Oviedo y Madrid, quizás por aparecer
en las obras de Leopoldo Alas.
Candás era un pueblo eminentemente
marinero, que vivía de cara al mar. El muelle era el centro de la
actividad económica de la villa, y por él entraban y salían las
mercancías del comercio local. En estos años se intentan
diversificar los tráficos y usos portuarios: además del tradicional
uso pesquero (que siguió siendo el predominante), en 1899 el
Gobierno habilitó al puerto para el tráfico mercantil en cabotaje.
En esa época la industria conservera
experimenta un importante desarrollo: según M. Busto, en 1902
estaban en actividad hasta diez fábricas conserveras. En las
conserveras trabajaban numerosas mujeres, muchas de ellas esposas o
hijas de pescadores. Su pobreza y duras condiciones de vida suponían
un vivo contraste con la despreocupada existencia de la clase
burguesa, que Clarín retrata en Rosario Alzueta.
A finales del siglo XIX “El Paseín”
surge, como la arteria que desde el núcleo originario de Candás
(los núcleos de La Ribera y La Cuesta, a la orilla del mar) articula
el primer “ensanche” de expansión urbana de la villa, en
dirección hacia La Baragaña.
La Casa de la Farmacia (construida en
1895 por encargo de Agapito del Busto) es un buen ejemplo del tipo de
vivienda burguesa de la época, con el bajo destinado a un uso
comercial, y por encima pisos para viviendas. Con influencias del
estilo ecléctico, destaca el uso ornamental de la estrella de David,
en la buhardilla.
La Plaza de La Baragaña, situada al
pie de la iglesia de San Félix, constituye el tradicional lugar de
encuentro y esparcimiento de la población candasina. Verbenas,
actuaciones de bandas de música, fiestas y eventos de todo tipo han
tenido lugar tradicionalmente en este espacio.
El escritor asturiano Armando Palacio
Valdés (1853-1938), autor de la novela “José”, ambientada
asimismo en la villa de Candás, amigo personal de Leopoldo Alas,
vivió en la Casa de don Agapito del Busto, con forma de chalet
alpino, en el que destaca el gran alero sostenido por soportes de
hierro.
El “Teatro Santarúa”, inaugurado
en 1903 como Teatro “Conde de Santalúa”, es el primer edificio
concebido como teatro de Candás, adoptando en 1905 su nombre
definitivo, “Teatro Santarúa”. La sala del teatro, con forma de
herradura, contaba con 96 butacas de patio, 10 palcos y la “cazuela”
o general, de 350 localidades. Aquí se representaron zarzuelas,
comedias musicales, y actuaciones de famosas cupletistas de la época.
También fue en este local donde se instaló el primer cinematógrafo
de Candás, hacia 1910.
La Fuente Santarúa fue construida en
1779, reedificada en 1871, y trasladada a su ubicación actual en
1929. Frente a la fuente se creó una zona de paseo y juegos, que
desde finales del siglo XIX era usada para acoger las fiestas de
Candás, junto con la Plaza de La Baragaña. Toda la zona estaba
rodeada de árboles y farolas, pues en 1908 se pone en marcha el
primer alumbrado eléctrico de las calles de Candás. Aún hoy se
conserva una de aquellas farolas centenarias.
Con la señalización de este nuevo
recorrido, el Ayuntamiento de Carreño continúa desarrollando el
producto turístico clariniano creado hace más de diez años y que
con la organización periódica de un mercado artesano ambientado en
el siglo XIX (el “Mercao Clariniano”), el apoyo a las jornadas
gastronómicas de la hostelería local (los “Menús Clarinianos”)
y las cuatro rutas turísticas-literarias “Doña Berta”, “Viaje
Redondo”, “Boroña” y “Snob” pretenden la difusión de la
obra de uno de los dos escritores españoles más importantes del
siglo XIX y la promoción económica local.